10 trucos básicos para desestresarse
Has perdido tu pasaporte y mañana te vas de viaje. Sales de casa con el tiempo justo y no encuentras las llaves del coche. Te acaban de recordar que hoy es el último día para la declaración de la renta. Llegas a casa y sólo ves desorden, ropa acumulada sobre la cama y el fregadero lleno. Cantidad de cosas cada día pueden provocar situaciones de enorme estrés y la ansiedad acumulada acaba con tu salud … y la de los de tu alrededor. Una de las cosas principales que causan estrés en la sociedad actual es simplemente falta de organización y de orden. Algunos nos escribís indicándonos que no lográis organizaros y que esto os supone un gran estrés. ¿Sabías que un montón de ropa sucia en un rincón, un pilón de revistas en la mesa del comedor o una factura sin pagar provocan ansiedad aunque tú te creas que puedes vivir con ello?
Tener niveles bajos de estrés y encontrar vías para reducirlo son habilidades necesarias para la vida, habilidades que todo el mundo necesita tener. Nosotras no somos psicólogas y no estamos aquí para recomendar ningún tratamiento contra el estrés. Respirar hondo y hacer meditación está muy bien y lo recomendamos pero ¡vamos a ser prácticos! Hemos podido comprobar en nuestra propia piel la tranquilidad y calma que te da el ser un poco más organizado, el tener la casa en orden, los papeles bajo control, las tareas al día, etc. Si eres de los que sufres estrés continuo por la desorganización, hoy te ofrecemos nuestros 10 consejos para que los sigas poco a poco y pronto comprobarás como el estrés se reduce de una manera considerable. Organizarse te da una mayor sensación de control. Todos lo necesitamos para mantenernos motivados.
¿Qué es el estrés?
Lo primero de todo es definir qué es el estrés. Es la respuesta de nuestro cuerpo y que nos pone alerta ante situaciones que nos presionan. El estrés en cantidades pequeñas es necesario. Es lo que nos mantiene activos y concentrados, alertas ante un peligro, pero en grandes dosis es muy peligroso para nuestra salud. Aquí tienes nuestra receta para liberarte de la ansiedad que te provoca tu desorganización.
1. Identifica
Antes de nada hay que saber qué es lo que nos provoca ese estrés, esa ansiedad. Porque pueden ser numerosas las causas. Pero si son siempre a causa de la desorganización, entonces estás en el lugar adecuado para empezar a solucionarlo. Pregúntate qué es lo que en este momento te está produciendo ansiedad y cómo reaccionas ante ello. Por ejemplo, si al entrar en casa el salón está desorganizado, te pones de mal humor y descargas contra los que tienes al lado. Si al ir a buscar un papel no lo encuentras y desorganizas todos los demás papeles que están sobre la mesa buscándolo. Te angustia que no has empezado una presentación que debes entregar a tu jefe y te provoca ansiedad porque no sabes por dónde empezar. Haz una lista de todos esos momentos y tus reacciones para poder luchar contra cada una de ellas.
2. No dejes nada importante para “luego”
A todos nos ha sucedido. Sabes que tienes que terminar una tarea pero no te apetece hacerlo ahora, tu cuerpo empieza a segregar las hormonas del estrés porque sabes que debes hacerlo pero te bloqueas completamente. Se ha demostrado que las personas que procrastinan, es decir, que retrasan hacer las cosas para otro momento (que nunca llega), tienen niveles mucho más altos de estrés. Mira esa lista de cosas que te producen ansiedad y empieza a resolver aquellas que menos te pueda costar. En seguida verás un avance que te motivará y te liberará de parte de esa ansiedad. En nuestro ejemplo, si te produce ansiedad entrar en casa y ver el salón desorganizado, inmediatamente pon un poco de orden allí. Al momento. No lo dejes para luego. En el caso de la presentación a tu jefe, haz la portada y la introducción. Empiézala, simplemente. Mientras, te irán llegando ideas sueltas que crees que podrás incluir en algún momento. Vete apuntándolas. Pero al momento. No lo dejes para después.
3. Desconecta
Y me refiero a la tecnología. Los móviles e internet pueden provocar altos niveles de estrés y quitarte tiempo para dedicarlo a solucionar lo que te está provocando esa ansiedad. La tecnología ha creado una “imperiosa necesidad” de inmediatez. De tener que responder a todo al momento, a cualquier alerta que aparezca. Apaga el móvil por un buen rato. Desconecta internet y las redes sociales. Destina unas horas al día de desconexión total y de paz mental. Concéntrate sólo en resolver lo que te está produciendo ese estrés.
4. Disminuye tu lista
Siempre hemos abogado porque se gestione bien la lista de tareas, pero no que la lista sea interminable. Una lista de tareas que nunca se completa produce sensación de que no llegas a todo y aparece el estrés. Si la lista es corta y terminas todo lo que tienes previsto la sensación será la contraria, que has hecho todo lo que tenías planificado y te sentirás liberado. Reduce, por tanto, el número de tareas a lo meramente imprescindible e importante.
5. Algo que te haga feliz
Destina un ratito cada día para hacer algo que te haga feliz. Puede ser tumbarte en el sofá media hora a ver tu programa favorito, irte a tomar un café con un amigo, ir al cine solo a ver la peli que te apetece y que nunca encuentras el momento. Tantas responsabilidades y obligaciones pueden hacer que nunca busquemos momentos para nosotros y esto nos provoca muchísimo estrés.
6. Deja de rellenar tu calendario
A mí me sucedía muchas veces. Veía un vacío en el calendario y me ponía a organizar citas a diestro y siniestro para rellenarlo. Luego iba con la lengua fuera porque algunas citas estaban demasiado juntas unas con otras. He aprendido a ir vaciando, a organizar menos actividades a los niños, a tener tiempo para llegar a casa y estar con los míos, a pasar fines de semana en casa sin planes, a tener la sensación de no haber hecho nada y no sentirme culpable. ¡Me cuesta! Pero si lo haces, enseguida empezarás a notar que te sobra tiempo, que llegas a lo que antes no llegabas y que se reduce tu ansiedad.
Además, hay que decir “No” a muchos planes. No es necesario que vayamos a todo ni que nos encarguemos nosotros de todo. Pierde el miedo y deja de decir que SÍ cada vez que te pidan hacer algo.
Mejor decir que NO desde el principio, que asumir responsabilidades que te van a hacer sentir agobiado y aumentarán tu nivel de estrés.
Y no nos cansaremos de repetirlo. ¡Revisa el calendario y planifica lo que vas a hacer en el día!
7. Acepta
Aprende a aceptar a las personas por cómo son y a las situaciones que se suceden sin que lo planifiques. Hay gente a la que te gustaría cambiar pero el único que puedes cambiar eres tú. Si tu pareja es desorganizada, ¡Es lo que hay! No importa todo el estrés que añadan personas que tienes a tu alrededor, tienes que aprender a aceptarles. Ten lo tuyo bien organizado pero deja de agobiarte por lo que los demás no hacen. Y si te cuesta mucho vivir con ello, organízalo tú. De verdad. Piensa que eres tú el que sufre con ello (no el otro).
Este consejo es de los más difíciles. Al menos para mi. Bueno, lo era. Aprendí a ver lo que el otro “hace” en lugar de lo que “no hace”. Por ejemplo, yo me estresaba porque el salón estaba siempre manga por hombro y mi marido ni lo veía. Él es el “Ingeniero” de la familia. No me fijaba en que cuando se estropeaba la lavadora era él quien lo arreglaba, cuando hay que poner estanterías es él quien las pone, el riego del jardín siempre funciona porque está pendiente,… cuando anoche no funcionaba el wifi y no podía publicar este artículo fue él quien se quedó hasta las mil para arreglarlo y yo pude publicarlo a tiempo. La próxima vez que te sulfures porque el otro no hace lo que tú, cuenta hasta 10 y piensa en cuando sí hace lo que tú no eres tan capaz.
8. Evita el “Multitasking”
Especialmente a las mujeres nos gusta presumir de ser capaces de hacer varias cosas a la vez. ¡Error! Eso sólo provoca mucho más estrés. Estamos todos muy ocupados y hacer varias cosas a la vez es muy tentador. Cuando te surja esta ocasión, párate a pensar, decide qué es lo que vas a hacer primero, céntrate solo en esa tarea y hasta que no esté terminada no empieces con otra. Hacerlo conscientemente reducirá enormemente tu ansiedad. Si estás haciendo la cena y a la vez el niño pequeño en la bañera, céntrate sólo en una tarea (obviamente el niño) y hasta que no esté fuera, seco y con el pijama puesto, no te vayas a hacer la cena. ¡Y si es tarde, la próxima vez, empieza antes!
9. Libérate de lo innecesario.
Cuantos de vosotros nos habéis escrito diciéndonos el gusto que les da deshacerse de todo lo superfluo, de los trastos en su casa que se habían acumulado, de todo lo que no necesitaban y ocupaban tantos metros cuadrados. Es fundamental para disminuir el estrés liberarse de lo innecesario. Esto incluye ¡Los papeles! Que la casa respire, que tu mesa de trabajo sea una verdadera mesa y no un pilón de millones de papeles y otros objetos. El simple hecho de deshacerte de unas cuantas cosas te da sensación de liberación. ¡Es sólo el comienzo!
10. Duerme
Generalmente no dormimos lo suficiente. Esto hace que aumente nuestro estrés y a su vez nos produce insomnio. Se convierte en un círculo vicioso. Intenta dormir al menos 8 horas. Nuestro cuerpo se recupera del estrés tras un sueño reparador. Si las tareas pendientes te mantienen despierto, ten un bloc de notas a mano junto a la cama y escribe eso que te agobia. Muchas veces simplemente con dejarlo escrito para recordarlo en otro momento nos libera y nos deja dormir. Por ejemplo, si te angustia no acordarte al día siguiente que tienes que hacer un recado importante, apúntalo en el momento. Ya lo puedes olvidar por el momento y dormir porque sabrás que al despertarte la nota te lo recordará.
El desorden físico es una manifestación concreta del estrés en la mente. Las cosas que te rodean son una muestra de lo que está dentro de tu cabeza. Tu mente está llena de cosas y te drena toda la energía. Por el contrario, si eres consciente de que lo que te rodea es el caos y haces algo por solucionarlo, ese momento en que haces “click” , te preguntas “¿Cómo he podido vivir así todo este tiempo?” y tomas conciencia de la situación, es cuando podrás empezar a cambiar. Organizarse es liberador y produce numerosos beneficios en ti y en tu entorno.
Escribir comentario
Estela (viernes, 15 julio 2016 11:37)
Gracias!!!
Miriam (sábado, 31 julio 2021 23:19)
Me es muy atractivo el formato de su información. Gracias